miércoles, 4 de noviembre de 2015

La imagen no es lo que importa

Las enfermedades de nutrición son lo que más les preocupa a los padres en la temprana edad de sus hijos, y si algún familiar o amigo padece de alguna de estas enfermedades, es algo bastante doloroso, pero con mucho tratamiento, paciencia y conciencia, se pueden curar. Las enfermedades alimenticias de las que trataremos en esta entrada son de nutrición por defecto, es decir, la anorexia y la bulimia.

Comencemos por definir cada una de ellas. La anorexia es una falta de apetito en la gente, principalmente porque quienes la padecen se ven obesos a si mismos y quieren estar cada vez mas delgados. Por otro lado, la bulimia se caracteriza porque quienes la padecen comen grandes cantidades de comida para, antes de poder digerirla, vomitarla, ya que sienten culpables por haber comido tanto. 

Anorexia: 

Bulimia:

Una de las principales diferencias es el peso corporal, ya que los anoréxicos tienen un peso muy inferior al recomendado por los médicos, mientras que los bulímicos pueden tener un peso normal, pero bajan y suben de peso muy rápidamente. Otra diferencia es la importancia que se le da al consumo de la comida, quienes tienen anorexia controlan mucho las porciones que comen y cuando las comen, a diferencia de quienes tienen bulimia, que comen descontroladamente, ya que luego vomitarán por culpa.

Las semejanzas son más abundantes que las diferencias. Está de más decir que ambas son problemas relacionados con la nutrición, pero también están relacionadas con el autoestima de cada uno. Ambos tienen su origen social o familiar, ya que estos influencian mucho en las decisiones de los afectados, tanto el no comer como el vomitar lo ya ingerido. El físico y la psiquis de quienes tienen estas enfermedades se ven afectados gravemente en ambos casos.

No se puede dejar que estas enfermedades afecten a nuestra sociedad, por lo que hay que buscar maneras de prevenirlas. Principalmente, los niños o adolescentes deben ser educados tanto en sus casas como en sus colegios, no deben sentirse ignorados o menospreciados. En sus casas deben tener la atención que requieren y más que nada, ellos deberían ser los ejemplos a seguir de sus hijos, y no las modelos de las revistas que hace que las mujeres quieran igualarla. En el colegio, las escuelas deben enseñar a los alumnos a desarrollar un juicio más crítico sobre los ideales estéticos y formar sus propios valores y sus cuerpos tales y como son, sabiendo respetar las diferencias con los demás.

Las tapas de revistas deben dejar de ser así: 

Y comenzar a ser así: 

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