domingo, 2 de abril de 2017

La gran enseñanza del Gran Jefe

Se nos ha encomendado para la materia Ambiente, Desarrollo y Sociedad leer una carta escrita por el Gran Jefe Seattle, líder de los pueblos indígenas en Estados Unidos en el año 1845. En dicha carta, este gran hombre responde a la propuesta del presidente de Estados Unidos del momento, quien deseaba comprar las tierras en donde los indígenas habitaban, a lo que éste responde con gran sabiduría.



El Gran Jefe Seattle explica como la naturaleza se basa en una disputa entre la naturaleza y el hombre blanco, al notar que el blanco no respeta al mundo alrededor suyo y piensa que la tierra solo es algo más para poseer.

El Jefe deja muy en claro que el avance de la tecnología no es capaz de evitar que la humanidad se extinga porque la sobreexplotación de los recursos naturales nos irían dejando lentamente sin alternativa que la extinción, debido a que el hombre se quedará sin nada para que pueda sobrevivir.



La carta también habla sobre como el blanco se ha desconectado de la naturaleza, ya que al crear ciudades y alejarse de ésta, la naturaleza no prevalece dentro de ellas y no puede ser apreciada completamente como debería ser y sus grandísimas bellezas serían desaprovechadas.

A su vez, el sabio hombre relata que la naturaleza y sus valiosos recursos son de todos, a la vez que también no pertenecen a nadie. El Jefe da a entender que la naturaleza tiene infinitos atractivos y ventajas que todos podemos admirar y utilizar, pero que nadie tiene porque destruirla cuando es la mayor fuente de vida que todos conocemos.




Para finalizar, esta gran figura remarca que el hombre tarde o temprano se extinguiría, por lo que explica que conquistar tierras o dominar distintos tipos de animales no los convierte en inmortales. Su significativa frase "Termina la vida y comienza la supervivencia" no deja ninguna duda acerca de esto. Para el Jefe Seattle, la vida se trata del hombre conviviendo con la naturaleza, no con éste tratando de conseguir su dominio sobre ella, aunque ya es demasiado tarde para darse cuenta.

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