El arte fractal

Un fractal es una forma geométrica distinta de las demás, ya que posee una característica muy notoria, y es el hecho de que se repite a sí misma de manera infinita. El término fue creado en 1975 por un matemático polaco llamado Benoît Mandelbrot. Un ejemplo de dichos fractales es la curva de Koch, hecha por Helge von Koch en 1904. Los fractales pueden ser encontrados frecuentemente en la naturaleza, como por ejemplo en flores u hojas de árboles, o incluso en los camuflages de ciertos animales, o en los tentáculos de los pulpos.

  Curva de Koch

Los fractales tienen diferentes categorías, pero nos centraremos específicamente en el arte. El arte fractario es esencialmente abstracto, y cada uno puede ver en un cuadro lo que sea que interprete y como se siente. Lo que atrae del arte fractal es la sorpresa continua que éste genera y de como es creado a través de una fórmula matemática. No son demasiados los artistas actuales que tienen la habilidad de realizar este tipo de arte ya que el conocimiento matemático necesario es muy profundo y no es tan sencillo para un artista común combinar la geometría tan exclusiva con el arte. La historia de arte fractario es muy actual y ha sido impulsada gracias a la tecnología de la computación, por lo tanto es un tema que todavía queda mucho por investigar y todavía no se sabe hasta dónde nos pueden llevar los algoritmos fractales. El arte fractal continúa en aumento y su difusión cada vez es mayor a través de la ciencia y el arte. Aunque se realiza a través de la computadora, requiere el ingenio y conocimiento de los exponentes, quienes además de tener que saber combinaciones de colores y formas, necesitan conocer los logaritmos y ecuaciones fractales. Unos de los artistas más destacados de este tipo de arte son William Latham, Greg Sams y Vicky Brago-Mitchell.

  Obra de William Latham

  Obra de Greg Sams

  Obra de Vicky Brago-Mitchell


Un tipo de arte fractal tibetano muy conocido son las mándalas. La multiplicidad de los acontecimientos están simbolizados por el gran círculo director y el centro como la unidad, lo inmóvil, lo eterno. El centro de la mándala simboliza la naturaleza, su orden  y su armonía. En la antigüedad, los templos de esta cultura eran construidos con sus estructuras de manera tal que las mándalas se mantuvieran presentes, por ejemplo, en los techos o las paredes. El arte tibetano está íntimamente ligado a la religión de dicho origen, por lo que no cualquiera puede pintarlas correctamente.

   Mándala tribal